FFA:"Estamos preocupados, angustiados, dolidos por lo que le pasó a un pequeño productor de nuestra zona"
La angustia se apodera de los pequeños productores ante el aumento de robos y delitos en sus tierras. La Federación Agraria Argentina pide con urgencia mayor presencia policial y medidas concretas para frenar el abigeato y otros hurtos que afectan a las familias rurales.
La Voz de la Angustia: Un Ahorro Robado
El campo de Formosa se encuentra en estado de alarma. La Federación Agraria Argentina (FAA) – Filial Laguna Naineck, a través de un comunicado urgente, ha solicitado a las autoridades una mayor presencia policial, tanto en horarios diurnos como nocturnos, para prevenir y evitar hechos ilícitos en la zona rural. La preocupación es clara: el aumento de robos de ganado, producciones agrícolas y otros delitos que afectan gravemente a los pequeños productores.
Panfilo Ayala, dirigente de la FAA, no ocultó la profunda preocupación que atraviesa la comunidad rural al ser consultado por Daniel Moreira Viera. En palabras de Ayala:
«Estamos preocupados, angustiados, dolidos por lo que le pasó a un pequeño productor de nuestra zona. Estos hechos, que venían sucediendo desde hace tiempo, son cada vez más frecuentes: el robo de animales, vacas, cerdos, e incluso cultivos como mandioca, maíz, bananas o zapallos».
El dirigente relató un caso reciente que refleja la magnitud del problema: el robo de un «torito» a una familia que solo poseía cinco vacas. Esta pérdida, según Ayala, no es solo un hecho delictivo, sino un golpe directo a la supervivencia económica de estas familias:
«Estamos hablando de familias muy pequeñas que basan su sustento en la agricultura o en la ganadería. Cuando tienen cuatro, cinco o diez vacas, generalmente están destinadas a cubrir necesidades extremas. Para ellos, esos animales son un ahorro, una forma de garantizar su futuro. Cuando les roban uno, están perdiendo mucho más que un simple bien material, están perdiendo su seguridad económica».
Un Reclamo Recurrente que Termina en «Opareí»
El pedido de mayor seguridad no es nuevo. Según Ayala, la solicitud ya se había planteado anteriormente, pero hasta el momento no ha habido respuestas satisfactorias. «A menudo recibimos denuncias y mensajes en nuestro grupo de WhatsApp sobre robos de gallinas, cerdos o cultivos. Es algo muy frecuente», explicó.
La FAA ya había formalizado una solicitud ante la unidad regional cuatro de Laguna Blanca para solicitar medidas preventivas y coordinar un trabajo conjunto con las autoridades policiales. Sin embargo, Ayala reconoce las dificultades operativas de la policía rural, como la falta de personal y de infraestructura. A pesar de las denuncias, los resultados son escasos: «Desgraciadamente, las denuncias terminan sin resultados. No se encuentra al culpable, ni se recuperan los animales robados, ni se arresta al delincuente. Eso es muy doloroso para quienes representamos, especialmente para los pequeños productores de la zona norte».
La Peligrosa «Normalización» del Delito
El temor más grande para la Federación Agraria es la posible «normalización» de este tipo de delitos, algo que ya comienza a percibirse entre los productores. Ayala reveló que muchos ya no se atreven a denunciar, ya que sienten que no hay consecuencias. Sin embargo, la FAA insiste en que es fundamental seguir denunciando todo tipo de robo, desde el más pequeño hasta el más grande, para que la seguridad sea una práctica constante.
«No queremos acostumbrarnos a decir ‘pasa siempre, no pasa nada, la policía no hace nada’. Muchos ya no quieren denunciar porque sienten que la burocracia no ayuda, que el sistema no responde. Es muy doloroso ver el rostro de un productor al que le roban su único sustento», expresó Ayala con evidente emoción.
No Naturalizar el Delito
El dirigente también advirtió que el peor escenario sería que este tipo de delitos se convirtieran en una especie de rutina, un mal aceptado por la comunidad. «No queremos que el delito se naturalice. Eso sería devastador para las familias productoras, que ya de por sí enfrentan enormes dificultades económicas. No podemos resignarnos», señaló Ayala.
La FAA había intentado coordinar con la policía, ofreciendo información sobre los lugares frecuentados por los delincuentes, pero lamentablemente, «terminó en la nada», una situación que en la zona se conoce como «el Opareí» (que significa «se terminó en nada» en lengua guaraní).
El Llamado a la Acción
El mensaje de la FAA es claro: es urgente una respuesta efectiva de las autoridades. «Ojalá que se tomen medidas preventivas inmediatas. Nosotros, que somos gente de trabajo, queremos colaborar para que esto termine. No queremos que esta situación se convierta en algo habitual», concluyó Ayala.
El reclamo de seguridad y justicia ha sido elevado, y ahora está en manos de las autoridades dar respuesta a esta situación que, de no resolverse pronto, podría marcar un punto de no retorno para la seguridad en el campo formoseño.