domingo 28 de mayo de 2023

NACIONALES

Patricia Bullrich: “Yo también tengo voto antiaparato, anticorporación, antiarreglos de la política”

lunes 22 de mayo de 2023
Patricia Bullrich: “Yo también tengo voto antiaparato, anticorporación, antiarreglos de la política”

Es la Piba, la que dice tener el carácter y el coraje para hacer los cambios que se necesitan para transformar la Argentina. Luego del revés que sufrió la oposición en las elecciones provinciales del fin de semana anterior, habla con templanza y –según sus propias palabras– hoy lo que tiene “es una enorme paz interior. A su vez, está convencida de que la sociedad está preparada y sabe que esos cambios se tienen que hacer y que es ella la persona indicada para este momento histórico de la Argentina. Viene creciendo en las encuestas un punto por mes desde hace un semestre. Ella concluye: “Este momento de la Argentina no es para cualquiera”.

—¿Qué sentís al ver que en estos últimos meses  venís creciendo entre 1 y 1,5% por mes en las encuestas? 

—Siento que todo el aprendizaje de una vida con momentos buenos, momentos difíciles, momentos duros, momentos de peligro, me han hecho aprender mucho de lo que es nuestra sociedad, nuestra vida, aprender de nuestra historia y consolidarme fuertemente en una nitidez de ideas y en una conducta de coraje frente a los desafíos que el país tiene. Y quizás ese coraje es algo que viene como a lo largo de mi vida, esa acumulación que las anécdotas de mi infancia y algunos recuerdos que tengo de cuando me recibí en el colegio, donde todas las chicas y los chicos del colegio decían que iba a ser presidente de la Nación. Pero en mi vida política nunca pensé en un objetivo como una obsesión. Siempre pensé que en cada paso uno tiene que cumplir ese paso con total y absoluta dedicación, porque si no, lo que termina haciendo es distrayéndose de ese lugar para pensar en lo que viene.

Uno no hace bien la tarea en el lugar donde está. Así que fui dejando esa idea que tenía en la niñez y la adolescencia. Cuando terminé el Ministerio de Seguridad pensé que tenía la capacidad y sobre todo la claridad de qué hacer en la Argentina, una acumulación de experiencia respecto a cómo se ha ido construyendo un sistema político en la Argentina, cómo se construyó el sistema de poder, cómo se construyó el sistema de intereses y cómo animarse a generar un cambio de régimen fuerte en el país. Entonces ahí tomé la decisión y empecé a caminar.

—Estamos hablando del año 2019. 

—En 2019, salí del Ministerio de Seguridad solo con mi último sueldo, algo que me parece que es bueno para una carrera política de austeridad. Me fueron diciendo que no iba a poder, que no tenía dinero, que no tenía aparato.

—Que para una campaña hacían falta 100 millones de dólares, por ejemplo.

—Que hacían falta 100 millones de dólares, fui caminando y acá estoy hoy, con enormes posibilidades de liderar este país. 

—Una cosa es soñar algo, desear algo, buscarlo y otra es empezar a percibir que es posible. Entre el último año y hoy, al ver tu crecimiento en las encuestas de manera sistemática, cuando apoyás la cabeza en la almohada, ¿hiciste alguna reflexión del tipo “parece que es en serio”?

—Sí, al principio, en 2019, ya casi 2020, cuando terminé el Ministerio de Seguridad y tomé la decisión, al principio algunas noches me despertaba con un cierto miedo de la decisión que había tomado. En la medida en que fui asentándome en el núcleo de ideas, en las cosas que la Argentina necesita hacer y en las políticas, en las estrategias, en el tipo de lucha que hay que dar en la Argentina para cambiar, cada vez me fui sintiendo más segura, así que hoy lo que tengo, que realmente lo siento profundamente, es una enorme paz interior porque sé que voy a tener la fortaleza, los equipos, el apoyo social para llevar adelante las transformaciones, porque además las estoy diciendo sin medias tintas. Es decir, no estoy haciendo una campaña de marketing, estoy haciendo una campaña de la verdad de las cosas que hay que hacer en la Argentina y que voy a hacer, si por supuesto la gente me elige. 

—Esa paz interior que decís que sentiste en la medida que las encuestas iban subiendo, más allá de lo incomparables, es lo mismo que el Papa contó que empezó a sentir en el momento que veía los votos de los cardenales que lo encaminaban a ser electo, ¿en qué momento sentiste que podías ser vos la elegida y cómo podés explicar esa sensación? 

—Eso se puede explicar cuando mirás el desafío que tenés y sentís que vas a estar a la altura de ese desafío, que sabés cómo responder a los problemas que vas a enfrentar. Sabés que tenés restricciones porque siempre la vida tiene restricciones, que quizás no vas a poder hacer el 100% de las cosas, pero sí que voy a encaminar con claridad aquellas cosas que son las determinantes para un cambio. 

—¿Sos creyente?

—No soy creyente, cada tanto rezo un poquito por si acaso, pero no soy creyente. Vengo de familia católica pero estoy bastante alejada de la práctica religiosa, igual en una campaña lo que más te regalan son vírgenes, rosarios, estampitas, así que es algo que tengo y colecciono...

—¿Te hiciste más mística en la campaña al ver la devolución que te hacían los otros?

—Las cosas las dimensiono de otra manera. Es decir, uno dimensiona todos los días las cosas pensando en qué está pasando hoy, las empiezo a dimensionar en cómo proyecto lo que va a suceder después de cuatro años. Es una acumulación de decisiones políticas, diálogos que tenés que tener, ejecución de la administración. En todas las cosas que tenés que tener, pacificación del país, en todas las cosas que tenés que hacer las voy dimensionando en cómo es el final, y ahí voy viniendo hasta el presente. Entonces siento que eso te cambia, te saca la cabeza del día a día, te saca la cabeza de la noticia chiquita de qué está pasando hoy, qué dijeron en tal lugar o tal otro, qué comentario hay sobre vos, y estoy pensando en otra dimensión. Y trabajando mucho en base a la historia, que como Churchill decía: “¿Querés ser político?, estudiá y leé historia que muchas veces se repite”, muchas veces hay saltos de calidad, muchas veces hay retrocesos, pero los saltos de calidad son aquellos que cambian las sociedades, que cambian el futuro de la gente y de los pueblos y se dan. Ahora estoy leyendo un libro de Kissinger que se llama Liderazgo, sobre personajes muy importantes en la historia. Estoy en la parte de Konrad Adenauer y lo que significó levantar la Alemania destruida. Los desafíos que tenía y cómo fue atando los distintos desafíos a un objetivo de largo plazo que era volver a Europa, y realmente es muy aleccionador.

—Volviste a la Argentina con el regreso de la democracia, originalmente tenías adscripción al peronismo, y cuando te escucho respecto de que no tenés estructura, no tenés el financiamiento, pienso en lo que fue la interna entre Menem y Cafiero, ¿encontrás algún punto de contacto entre aquel Cafiero que tenía todo el aparato del partido y Menem, que inicialmente se decía que solo tenía carisma, con la situación que enfrentan vos y Horacio Rodríguez Larreta? 

—Sí, mucho. Y además me lo dicen todo el tiempo. Me lo dice la gente que quizás vivió esa época, me lo dicen periodistas, me lo dicen intelectuales que estudian. Permanentemente me lo dicen porque es como un crecimiento de legitimidad y un análisis quizás más materialista de lo que es, cuáles son los recursos de una campaña, y en este momento, diría el recurso más importante de una campaña es la legitimidad. Con legitimidad después vas consiguiendo otras cosas, vas consiguiendo el dinero para la campaña, que es una campaña austera, vas consiguiendo más adhesiones, gente que te sigue. Entonces, ese recurso legitimidad me parece que construye el resto de los recursos. 

—Hablemos de la coyuntura, la semana anterior se completó el proceso electoral en varias provincias y en todas ganó el oficialismo a nivel provincial, ¿qué lectura hacés de eso? 

—La Argentina necesita una vuelta a un sistema de más libertad en la sociedad. En las provincias el empleo público y las condiciones de pertenencia a ese empleo público son condicionantes del voto. La prensa y el empleo público generan mucho miedo y hay provincias que antes por ahí uno decía hay una sola provincia feudal. Ahora el concepto del feudalismo se ha extendido a muchos lugares. 

—¿Te referís a Formosa originalmente?

—O a Santiago, que siempre fue la provincia que se miraba como la más feudal de todas, por caudillos que venían de los 60. Me parece que es importante que nosotros tengamos una inyección de republicanismo y de democracia en todo el territorio nacional, es una deuda pendiente muy fuerte. En vez de ir hacia más democracia en muchas provincias hemos ido hacia menos democracia. Es un desafío muy importante cuando pensemos en pactos fiscales, estos pactos fiscales, quizás como los pactos fundadores de la Argentina, los que fundaron nuestra Constitución y nuestra nación, no fueron pactos económicos solamente, existía, por supuesto cómo se realiza el dinero, que el puerto no sea el que se quede con todos los recursos. Pero había un componente electoral de reglas electorales, de reglas institucionales, de cómo funcionaba la República en cada lugar, que las Constituciones de todas las provincias necesariamente fueron homogéneas en el sistema de poder. Fijate que todas nuestras Constituciones de las 23 provincias más la Ciudad de Buenos Aires son republicanas y democráticas. Es decir, que había un “core” igual. Entonces me parece que volver a ese respeto tiene que formar parte de un acuerdo estratégico hacia el futuro de la Argentina, que hay que inyectar republicanismo y democracia en Constituciones que ya lo tienen, que ya como en el respeto de la Constitución nacional. 

—Te referiste a las reelecciones sucesivas. 

—Reelecciones sucesivas, cambios permanentes de regímenes electorales, control de la Justicia, control de la prensa. Es decir, aquellos elementos que hacen a la ejecución de lo que son las virtudes republicanas. 

—Pero aun así, en otros momentos los oficialismos del interior no tenían estos resultados, ¿podrá ser que en parte del interior la situación económica esté mejor que en el AMBA?

—El interior está muy triste, a cada lugar al que vas, sentís una tristeza muy profunda. La gente ve en cada lugar, en la medida de lo que cada lugar se sintió o fue, siente una decadencia. Entonces ese sentimiento de decadencia está en todos lados, puede ser que sea distinto. El otro día fuimos a Córdoba, al acto de lanzamiento de Luis Juez, y fuimos después a comer, y comés por la mitad del dinero que comés en Buenos Aires, midiendo más o menos algo similar. Y quizás el ingreso esté más o menos en el mismo número. Entonces puede ser que la vida no sea tan dura, viajás menos, no tenés lo que es nuestro Conurbano, que es enorme, que tiene un montón de problemas de inseguridad, pero todos en la medida de lo que vivieron sienten que la pérdida de calidad de vida y el sentimiento de pérdida profunda del argentino, es terrible. Hoy estaba leyendo cómo la gente llora y a mí me pasa todos los días. A mí me pasa que la gente llora, antes no me pasaba, antes por ahí la gente te alentaba, decía “vamos, adelante”, ahora lloran, los argentinos estamos llorando. Es muy duro, entonces salir de esa situación y decirle “vamos a salir, no va a ser fácil, pero vamos a salir”, pero vamos a salir con decisiones que no podemos dar marcha atrás, que no nos podemos arrepentir, que no podemos tener miedo, que tenemos que animarnos.

—Pero el PRO para llegar tuvo que aliarse con un partido centenario como el radicalismo, eso mismo demuestra lo difícil que es, al propio PT, el Partido de los Trabajadores de Lula, le llevó 25 años llegar y nunca ganó solo el PT, siempre en alianzas con otros partidos. 

—Además se tuvo que aliar. Cuando ganó la primera presidencia se tuvo que aliar y poner de vice a un viejo conservador para que al PT le crean porque no le creían solo (N.d.R: José Alencar del Partido Liberal y presidente de la Federación de las Industrias de Minas Gerais). Entonces tuvo que generar una alianza de confiabilidad que él solo no tenía. 

—¿Tu vice tendría que ser radical y del interior? ¿Cómo sería mejor tu fórmula para solidificar la unión dentro de distintos partidos que integran Juntos por el Cambio? 

—La primera característica, más que si es del interior o es radical, es tiene que ser una persona que se juegue al cambio con la profundidad con que yo vislumbro ese cambio. Me parece que el perfil tiene que ser de un alineamiento muy fuerte a las decisiones que vamos a tomar para cambiar la Argentina. Después siempre es mejor que sea de la provincia de Buenos Aires o del interior, porque yo soy de la Ciudad de Buenos Aires y si es de un partido político distinto, siempre es mejor. Pero la característica fundamental es que sea una persona que tenga una representación y una decisión de cambio que no desperfile la legitimidad social que yo he ido ganando y que vaya en la misma dirección.

—Tu primer atributo está asociado al carácter, y el primer atributo asociado a Horacio Rodríguez Larreta es gestión. Hay una diferencia entre el qué es lo que hay que hacer y el cómo hacerlo. Hay bastante coincidencia con algunos “qué”, el punto de divergencia es el “cómo”. Hay dos atributos para llevar adelante ese cómo, uno es el carácter, el otro es la gestión. Aristóteles decía: “Todos estamos de acuerdo con los fines, el problema son los medios, todos queremos ser felices, el tema es cómo serlo”. ¿Qué pesa más en el contexto actual, el carácter o la experiencia de gestión?   

—En un país con estabilidad, la gestión puede ser el rasgo más importante que podés tener. En un país que necesita salir de una crisis de muchos años, el carácter es el cómo porque es lo que permite que tomes las decisiones que no son de administración, que no son de gestión, sino que son de transformación de un sistema, que son de una verdadera transformación, de un verdadero salto en la historia de un país. Y creo que este es el momento en el que estamos, y por eso me van a elegir a mí por esa circunstancia, porque no estamos en un momento normal de la Argentina. Estamos en un momento que los argentinos sentimos y por eso te hablaba del llanto como una crisis terminal, y en una crisis terminal se elige a quien puede poner coraje y carácter para salir. 

—Coraje, la raíz viene de ‘cor’, corazón, ‘cordis’ en latín. 

—Corazón valiente, como esa película de los escoceses yendo a ganar su patria poniendo todo.

—Al principio esta paz interior que decías sentir creciente, el Papa en su caso la atribuye al Espíritu Santo. ¿Vos te psicoanalizás? 

—No me psicoanalizo. 

—¿Cuál es la fuente que alimenta esa fuerza del corazón que mencionás? 

—No sé, creo que de toda mi vida, de una vida llena de desafíos, con momentos de peligro, con momentos de crisis, con momentos de alegría, con momentos de tristeza, con aprendizajes, con tener que haberme ido del país y abandonar lo que uno más quiere y volver, y seguir luchando, siento que me fui forjando. 

—Hegel, al referirse al espíritu de la historia, decía que los líderes eran elegidos por la historia para poder cumplir su rumbo en función de los atributos que eran necesarios para cada momento. ¿Vos creés que en este momento de la Argentina hace falta una persona con tus características? 

—Sí, estoy convencida. Es un poco determinista la frase de Hegel, pero estoy convencida que este momento de la Argentina no es para cualquiera. 

 

 

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