La Legislatura corrupta

Resulta no sólo irracional y repugnante la acción de estos pseudo representantes del pueblo, en no consumar la adhesión de una ley que representa unas de las banderas fundamentales de los derechos humanos cuando la creadora de la ley nacional es su propia jefa espiritual y política.

Estos inescrupulosos, que se erigen como los estandartes defensores de los pobres, son los que con la más absoluta crueldad reflejan con sus conductas el más inhumano desprecio por los más carenciados.

La desidia en no aprobar la ley es la peor tragedia de los más vulnerables de la sociedad quien están esclavizados en la cárcel de su inconsciencia, quienes son partes integrantes de nuestros pueblos, de ese pueblo marginado que hace tiempo es brutalmente saqueado y despreciado, por los criminales del poder.

Estos maleantes, con patente de diputados que profanan el cargo que detentan.

Al asumir esta conducta despreciable y en especial contra los más desprotegidos, los convierten institucionalmente, como los más inmundo y despreciables, apoderados de la peor puerquesa y cómplices de los facinerosos de la destrucción mental de los más indigentes y como es de público conocimiento, ello es a cambio del crecimiento gigantescos de sus riquezas, manchada por la más mugrienta conducta de inmoralidad y corrupción.