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Para justificar la compra del avión, Cerruti dijo que los presidentes tienen prohibido viajar en vuelos comerciales
Gabriela Cerruti inventó una norma internacional para justificar la compra de un avión presidencial por más de 22 millones de dólares que planea el gobierno de Alberto Fernández.
Como Alberto no tiene una aeronave capaz de realizar vuelos largos, elige para sus viajes internacionales -como el que hizo la semana pasada a Indonesia- aviones de la línea estatal Aerolíneas Argentinas, en un gesto que pretende ser austero pero termina siendo carísimo para el Estado porque el avión queda desafectado de su operación comercial. Lo notable es que Alberto tampoco elige viajar como un pasajero más en vuelos de línea o en todo caso alquilar un avión más pequeño.
"El presidente no viaja en vuelos comerciales porque no lo permite la seguridad de los presidentes y la seguridad internacional", dijo Cerruti en la habitual conferencia de prensa que brinda los jueves en la Rosada. En el propio Gobierno admiten que trasladar a un presidente en una aeronave comercial no es una "opción aceptable", pero no que está prohibido.
"Es un despropósito pensar que un presidente puede viajar en vuelos comerciales porque cuando se traslada lo hace con seguridad, con ceremonial, con un equipo de funcionamiento que no lo requiere solamente el país del que sos parte sino también aquellos países a los que estás llegando", explicó Cerruti.
"No se puede viajar al G20 él con su valijita y su computadora y nada más. La seguridad internacional, los protocolos internacionales de la Argentina y de todos los países del mundo indican que los presidentes se mueven en los aviones oficiales de cada uno de los países", dijo la funcionaria.
Las definiciones de Cerruti se estrellan con la realidad de otros mandatarios del mundo. El mexicano Andrés Manuel López Obrador, aliado de Alberto, cumplió con su promesa de campaña que de ganar las elecciones pondría a la venta la flota y helicópteros del Gobierno.
La ex canciller alemana Angela Merkel viajó en 2018 a Buenos Aires en un viaje comercial justamente para participar del G20, el mismo evento que mencionó Cerruti.
