Hoyos:"Si esta es la línea, habrá que empezar a pensar que el radicalismo está prácticamente borrado de la faz política de Formosa, si no hacemos algo urgente"
El referente radical Blas Hoyos lanzó durísimas críticas a la actual conducción de la UCR formoseña, a la que responsabilizó por la debacle electoral del 3,7% y por haber claudicado ante la reforma "castrochavista" de Gildo Insfrán. "El radicalismo pasó a ser una cooperativa de clanes familiares que se reparten cargos y fracasos", sentenció.
En declaraciones contundentes, el dirigente radical Blas Hoyos rompió el silencio y apuntó con dureza contra lo que definió como "los mariscales de la catástrofe electoral del 3,7%", en referencia a la actual conducción del radicalismo formoseño.
Para Hoyos, la UCR "se convirtió en una copia devaluada del gildismo", tras avalar la reforma constitucional impulsada por Gildo Insfrán y perder el rumbo opositor que históricamente había caracterizado al partido. "Me parece descarado adjudicar la decadencia de una fuerza política que alguna vez supo ganar en la provincia y rondar el 40% de los votos, a una supuesta polarización. Es ridículo", lanzó.
El dirigente recordó que el radicalismo formoseño llegó a tener "concejales en todas las comunas" y a obtener más de 120.000 votos, mientras que hoy "apenas llega al 3,7% con 11.000 sufragios".
"Si esta es la línea, habrá que empezar a pensar que el radicalismo está prácticamente borrado de la faz política de Formosa, si no hacemos algo urgente", advirtió.
Hoyos fue más allá y cuestionó la estructura interna del partido, dominada —según él— por un pequeño grupo que responde a intereses de clanes familiares:
"El partido pasó a ser una suerte de cooperativa de clanes políticos que se reparten lugares entre esposas, amantes o empleados obsecuentes. Funcionan igual que el gildismo, pero a menor escala. El radicalismo perdió su esencia", hay legisladores radicales a los que no los vota ni sus hermanos.
También arremetió contra la actitud de los convencionales radicales que permanecieron en la Convención Constituyente impulsada por Insfrán:
"La actitud de quedarse a avalar la constitución castrochavista fue nefasta. Esa decisión nos hizo perder la autoridad política y moral, y con ello, el rol de verdadera oposición".
Para Hoyos, la magnitud del derrumbe electoral no tiene precedentes, ni admiten excusas:
"No se puede justificar la pérdida del 90% del caudal electoral con una supuesta polarización. Pasamos de 140 mil votos a 11 mil. Eso no es un efecto político, es un suicidio dirigencial".
Finalmente, llamó a una profunda autocrítica y renovación:
"Hay que pedirle perdón a la gente, cambiar de actores, convocar a todos y recuperar la credibilidad. Si no lo hacemos, el radicalismo seguirá siendo apenas una sucursal del gildismo".
Con sus declaraciones, Blas Hoyos puso en evidencia el clima de crisis interna que atraviesa la UCR formoseña, tras años de retroceso político, fracturas internas y una dirigencia cada vez más cuestionada por su pasividad o complicidad ante el poder del régimen provincial.