Presionado por el FMI y EE.UU., el Gobierno usa el nuevo cepo para fortalecer reservas, antes de soltar el dólar
Si bien parece ir a contramano de los reclamos en Washington, la nueva estrategia busca hacerse de dólares baratos, antes de tener que ceder ante un reclamo de devaluación poselectoral.

El Banco Central volvió a instaurar la restricción cruzada de compra de dólares para personas humanas en medio de la presión creciente de los mercados por dejar flotar el tipo de cambio. Detrás de la medida, que constituye una marcha atrás en el programa del Fondo Monetario Internacional (FMI) anunciado en abril, se esconde una exigencia que vendría de parte del Tesoro estadounidense, además del organismo crediticio.
En concreto, la decisión busca desarmar los "rulos", es decir, la operatoria por la cual un ahorrista compra en el mercado oficial (más barato) y vende en el financiero (de precios más altos). Un fenómeno favorecido por el anuncio de la máxima autoridad económica de EE.UU., Scott Bessent, sobre el salvataje de liquidez que tiene disponible Argentina. El efecto fue la baja de la cotización oficial y que la brecha con los dólares que surgen de las transacciones en la Bolsa creciera a alrededor del 3%.
Primero, el Central limitó la semana anterior el cruce de mercados por 90 días para los directores de bancos y allegados. Pero, según pudo saber PERFIL, "un grupo chico" de personas humanas con la misma o mayor capacidad de concentración tomaron el rol de los banqueros de forma inmediata y amplió la decisión para toda la población. Justo cuando el Gobierno vio la oportunidad, después de semanas de nerviosismo cambiario, de finalmente comprar reservas a un tipo de cambio más barato.
El argumento de fuentes oficiales es que ese conjunto de agentes estaba "metiéndose en el medio de la capacidad de compra" de divisas. No significa, sin embargo, que el mecanismo será la tradicional intervención del BCRA operando como comprador en las ruedas diarias. Es una herramienta que involucra la emisión de pesos para ese fin y, por ahora, no hay señales de que el presidente Javier Milei diera el brazo a torcer con esa máxima.
El mercado especula con compras del Tesoro
De hecho, el Tesoro volvió a la carga con sus compras "en bloque" que se vieron reflejadas en el crecimiento de las reservas brutas que informó la autoridad monetaria el viernes. Las arcas internacionales cerraron la semana en USD 41.238 millones, cuando el jueves habían terminado la jornada en USD 39.349 millones. La entidad que conduce Santiago Bausili aseguró que no hubo desembolsos de organismos internacionales o saltos de cotizaciones.
De esa manera, el Ministerio de Economía se hizo de USD 300 millones un día y USD 1.500 millones al otro. Según Grupo IEB, el Tesoro argentino cuenta con $12,3 billones para ese propósito, sin descuidar el pago de su deuda en pesos. La baja de tasas de interés y una eventual consecuencia en el apetito por los pesos sería positivo, indicaron los expertos, ya que "en la medida que haya más demanda de pesos, la presión sobre el tipo de cambio será menor y de esta forma el Tesoro podrá comprar dólares sin acrecentar un existente problema cambiario".
Sumar reservas para mejorar el riesgo país
Sumado al ingreso exprés de USD 7.000 millones de parte de las cerealeras por la quita de retenciones, Caputo y el equipo económico buscarían así aprovechar la ola favorable que trajo la expectativa de la llegada de, al menos, USD 20.000 millones vía swap de EE.UU. para engrosar las reservas, en un momento en que es clave bajar el riesgo país. Para los fondos extranjeros, que el Central acumule divisas demuestra que mejora la capacidad de pago de la deuda externa, base de la exigencia del FMI en cada uno de sus staff reports.
Es un cambio en la forma de actuar del Palacio de Hacienda y el BCRA, aunque la jugada le puede significar perder algo más de credibilidad ante el cuestionamiento de los inversores al carácter distorsivo de las restricciones cambiarias, además del enojo del Fondo, que presionó en todas las negociaciones con las autoridades argentinas por la liberalización del mercado cambiario. Sin embargo, la misma jugada "podría convertirse en un elemento para acaparar dólares y, con esa fortaleza, responder a los reclamos del FMI y del propio Tesoro para liberar el dólar o subir las bandas de flotación, con una eventual devaluación pos electoral", según especularon fuentes del sector privado.
La oportunidad para salir a flotar
El exdirector del FMI, Claudio Loser, le dijo a PERFIL que se trata de una medida que caerá "antipática" a la entidad que conduce Kristalina Georgieva como "todo control de capital" y advirtió que habrá que poner atención al comportamiento del dólar blue. Héctor Torres, también exdirector ejecutivo del organismo internacional, planteó en su cuenta de la red social X —en respuesta a las aclaraciones sobre la medida que hizo el director del BCRA Federico Furiase— que "el efecto Bessent era "la" oportunidad para poner el peso a flotar".
Como contó este medio, dos exintegrantes de la entidad multilateral de crédito expresaron la misma lógica días atrás. Gita Gopinath, la exnúmero 2 del Fondo, consideró que "un progreso duradero requerirá que Argentina adopte un régimen cambiario más flexible, acumule reservas y genere apoyo para sus reformas internamente". Alejandro Werner, exidirector del Hemisferio Occidental, fue directo: "Argentina debería flotar su moneda de inmediato".