Dos candidatos aparecieron para ocupar la banca de Paoltroni
La Convención Constituyente de Formosa volvió a quedar envuelta en la polémica el lunes, cuando en la sesión plenaria destinada a resolver la suplencia del senador Francisco Paoltroni —arbitrariamente expulsado del cuerpo— se desató una inesperada disputa: dos candidatos aparecieron para ocupar una misma banca.

El dictamen a favor de Leguizamón
El radical Juan Carlos Leguizamón fue el primero en llegar al recinto. Contaba con todos los papeles en regla: dictamen favorable de la Comisión Nº 1, proyecto de resolución emitido por unanimidad y la notificación oficial que lo convocaba a las 17 horas para jurar en reemplazo de Paoltroni.
Incluso había gestionado con antelación una licencia laboral y se presentó al pleno vestido de traje celeste, acompañado de su hermano, listo para asumir como representante de la oposición.
La irrupción de Firman
Pero cuando todo parecía encaminado, estalló la sorpresa: el doctor Fabián Firman, primer suplente en la lista de Paoltroni y miembro de su círculo político, llegó hasta la Legislatura denunciando que nunca había sido notificado y reclamando la banca que, según la voluntad popular, le correspondía.
Su presencia desató un fuerte conflicto institucional: el dictamen, el despacho y la resolución legal ya favorecían a Leguizamón, pero Firman exhibía el peso de la legitimidad de las urnas.
Cuarto intermedio y más dudas
En medio de la confusión, la presidenta de la Convención, Graciela de la Rosa, informó que existía un dictamen de comisión que avalaba a Leguizamón. Sin embargo, su sobrino el presidente del bloque justicialista, Rodrigo Vera, pidió un cuarto intermedio para que la bancada radical "decidiera" a quién le correspondía la suplencia.
La decisión quedó en manos de un bloque minoritario, sin que el plenario ni la comisión emitieran un nuevo dictamen que contraríe el ya aprobado.
Preguntas sin respuesta
La escena dejó una catarata de interrogantes:
¿Quién decide realmente las suplencias en un sistema democrático y republicano?.
¿El Tribunal Electoral, una comisión con dictamen aprobado o un cuarto intermedio del bloque radical?
¿Puede una decisión verbal, tomada entre pocos, contradecir el trabajo formal de una comisión encomendada por el mandato del plenario?
¿Qué ocurriría si esa decisión apresurada no respetara la voluntad popular expresada en las urnas?
El trasfondo político
Más allá de lo ocurrido en la sesión, el episodio expuso nuevamente el manejo discrecional dentro de la Convención, que ya había sido cuestionada antes y después de la expulsión de Paoltroni y de la renuncia de los seis convencionales opositores que denunciaron un funcionamiento autoritario y la redacción de una "constitución chavista".
En medio de los especuladores que alimentaron y alentaron las ilusiones de Leguizamón, y de quienes legítimamente reclamaban que la banca correspondía a Firman, la institucionalidad volvió a quedar golpeada por decisiones interesadas, tomadas a las apuradas y fuera de los mecanismos formales que deberían regir la convivencia democrática, el respeto a la voluntad popular y el funcionamiento de las instituciones republicanas.