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Cónclave 2025: la elección del nuevo Papa en el Vaticano hoy, miércoles 7 de mayo

El minuto a minuto de la votación entre cardenales para definir al sucesor de Francisco I, quien murió el lunes 21 de abril a los 88 años

Los 133 cardenales electores entrarán este miércoles a las 16:30 horas a la Capilla Sixtina, para dar comienzo al Cónclave, y la primera fumata, previsiblemente negra, podría verse entre las 18 y las 19 (hora local, es decir, entre las 13 y las 14 en la Argentina).

El nuevo Papa sólo saldrá elegido por mayoría cualificada de dos tercios del cuerpo cardenalicio: necesitará 89 votos para ser elegido.

Las votaciones tendrán lugar en la Capilla Sixtina, que cerró sus puertas al público el pasado lunes 28 de abril, para preparar el Cónclave, según confirmaron a Europa Press desde los Museos Vaticanos. Desde entonces, los operarios se han encargado de colocar las dos estufas, para quemar las papeletas de los escrutinios y para hacer el humo negro o blanco, y han realizado algunas adaptaciones.

Para los millones de creyentes que viven fuera de Roma, existe una opción gratuita, online y en español, para seguir paso a paso la elección del nuevo Papa. Se trata del canal de YouTube Vatican Media Live, correspondiente al medio de comunicación oficial del Vaticano, Vatican News.

En la era digital, incluso a los cardenales les resulta difícil dejar de lado el teléfono móvil, un poco como a los estudiantes antes de sus exámenes finales. Y así, ante el silencio al que se verán obligados durante el cónclave, muchos se han despedido de sus seguidores con una última publicación. El arzobispo de Santiago de Chile, Fernando Chomali, primero publicó un video en X donde se le ve lavando su camisa blanca en un lavabo para entrar al cónclave, con el texto "¡Lavando la camisa blanca para llegar al cónclave impecable!". "Hoy entro al cónclave sin celular. Solo de cara a Dios para votar por quien será el Papa. Una responsabilidad que me sobrepasa. En la oración ha surgido: Señor ten piedad; Viva Chile mi alma; Amo a la Iglesia que me mostró a Jesucristo nuestro Señor, Luz, Camino, Verdad y Vida", afirma el cardenal en otro post.

Los 133 electorales que participarán del encuentro tendrán en sus manos una tarjeta de forma rectangular con esa frase escrita en la mitad superior. En la mitad inferior habrá un espacio para escribir el nombre del sucesor elegido. La forma de la tarjeta permite que se pueda doblar en dos sin ningún inconveniente.

Mientras los 133 cardenales designados se preparan para comenzar el cónclave para elegir al nuevo sumo pontífice, el Vaticano ya designó al que será el responsable de anunciar al sucesor del papa Francisco con la histórica frase "Habemus papam". Se trata del cardenal francés Dominique Mamberti, hombre de confianza del difunto Papa, quien a los 73 años es el purpurado de mayor antigüedad en la orden.

De esta forma, Mamberti será quien haga el anuncio desde el balcón de la basílica de San Pedro. "Annuntio vobis gaudium magnum: Habemus papam!" ("Les anuncio con gran alegría: ¡Tenemos Papa!", en español), es lo que debe gritar en latín antes de revelar la identidad del nuevo papa a la multitud de fieles congregados en la plaza de San Pedro.

El cardenal nació en Marrakech el 7 de marzo de 1952, fue ordenado sacerdote en 1981 en Francia y entró en el servicio diplomático de la Santa Sede en 1986. Tras tres años en el Vaticano como consejero en la Secretaría de Estado, Benedicto XVI lo nombró en 2006 como ministro de Relaciones Exteriores del Vaticano. A su vez, Francisco lo designó en noviembre de 2014 como prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica, uno de los puestos más altos de la jerarquía pontificia.

A pocas horas del inicio de un cónclave dividido, con el mayor número de cardenales y el más internacional y global de la historia, en la misa "pro-eligiendo Pontífice" el decano del colegio cardenalicio, Giovanni Battista Re, de 91 años, hizo un fuerte llamado a la unidad en la diversidad, recordó que "el amor es la única fuerza capaz de cambiar el mundo" y auspició "la elección del Papa que necesita nuestro tiempo", por el bien de la Iglesia y de la humanidad.

En una misa solemne marcada por bellísimos coros en la que participaron los 133 cardenales electores y otro centenar de no electores -mayores de 80 años, el cardenal Re, que por su edad tampoco podrá ingresar a la Capilla Sixtina -donde esta tarde comenzará la elección ‘cum clave’ secreta más fascinante del mundo-, trazó el perfil que debería tener el sucesor de Francisco.

"Estamos aquí para invocar el auxilio del Espíritu Santo, para implorar su luz y su fuerza, a fin de que sea elegido el Papa que la Iglesia y la humanidad necesitan en este momento de la historia tan difícil, complejo y atormentado", dijo al principio de su sermón.

Los 133 cardenales que participarán de la elección del próximo Papa ingresarán a la Capilla Sixtina a las 16.30 de Roma -11.30 de la Argentina- y, una vez que se cierren las puertas, no habrá novedades hasta que de la chimenea salga fumata blanca, lo que implica que ya se eligió al sucesor de Francisco.

Una vez que todos los cardenales han depositado sus papeletas en la urna, el primer escrutador sacude la urna varias veces para barajar las papeletas e, inmediatamente después, el último escrutador procede al recuento de las papeletas sacándolas visiblemente una a una de la urna y depositándolas en otro recipiente vacío. Si el número de papeletas no corresponde al número de votantes, deben quemarse todas y se procede inmediatamente a una segunda votación. Si, por el contrario, sí coincide con el número de votantes, se procede al recuento.

Los 133 cardenales que ingresarán a la Capilla Sixtina, si bien no tuvieron congregaciones generales -las reuniones preparatorias- no descansaron. Mientras que muchos aprovecharon para seguir hablando en reuniones, almuerzos en "trattorie" romanas o en casas privadas, en busca de cerrar acuerdos para lograr los votos necesarios para imponer los candidatos de las diversas facciones, otros celebraron misa en las iglesias de Roma de las que son titulares. Muchos, sobre todo los que salen en las listas de papables, lo hicieron acosados por legiones de periodistas en busca de imágenes y claves para entender lo que vendrá.

El cardenal francés Jean-Marc Aveline, arzobispo de Marsella nacido en Argelia hace 66 años, por ejemplo, demostró que habla mucho mejor italiano de lo que se pensaba, en una misa que celebró en la Iglesia Santa Maria dei Monti del barrio homónimo, cercano al Coliseo. Aunque leyó el texto de su homilía -que duró menos de 7 minutos, como recomendaba Francisco para no aburrir a los fieles-, celebró el resto de la misa en italiano sin problema alguno y acento francés. Parecido físicamente y con el mismo aspecto bonachón, afable y abierto de Juan XXIII (1958-1963), algunos periodistas franceses comentaban por lo bajo que ya se imaginan a Aveline, presidente de los obispos franceses y estrella en ascenso, en línea con la Iglesia en salida de Francisco, como un posible "Juan XXIV".

Su compatriota, el cardenal de Ajaccio, Córcega, Francois-Xavier Bustillo, que celebró en "su" parroquia de Santa María Inmaculada de Lourdes del barrio romano de Boccea, en su sermón recordó que Jesús "no pregunta si sos fuerte, si tenés una estrategia de marketing o si sabés hablar idiomas", sino que pide "amarlo hasta el final" y, en esta escucha, "ser dóciles y responsables", según consignó ANSA, interpretando estas palabras como un mensaje de cara al cónclave.

El cardenal estadounidense Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York, conservador, desde siempre crítico de Francisco y que respaldó la candidatura de Donald Trump, tras celebrar en la Iglesia de Guadalupe de Monte Mario, aseguró a los periodistas que, por ser su segundo cónclave, estaba viviendo esta experiencia más serenamente que en 2013. Consultado si era posible un "Francisco II", Dolan fue diplomático: "Ojalá, pienso que somos afortunados porque hasta podríamos hacer un mix de los últimos papas, Francisco, pero también pienso en la intensidad intelectual de Benedicto XVI y en Juan Pablo II, con su coraje y su llamado a seguir a Jesús… Pienso que si llegamos a combinar estas grandes características de ellos sería una bendición", dijo.

Por su parte, el cardenal Mario Poli, arzobispo emérito de Buenos Aires y uno de los cuatro argentinos que a partir del miércoles participarán de la elección secreta del sucesor de Francisco, celebró misa en la Iglesia Nacional Argentina "Santa Maria Addolorata del Viale Regina Margherita" ante decenas de compatriotas.

Campaña italiana

En un clima de enorme expectativa, los principales diarios italianos seguían en una evidente campaña mediática en favor del papable "más fuerte", el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado de Francisco. Diplomático de 70 años, moderado y sin experiencia pastoral, por sus viajes por el mundo como número dos de Francisco, es la figura más conocida en un colegio de electores nunca tan internacional (70 países representados) y donde muchos no se conocen.

Parolin se presenta como una figura pacificadora en un colegio cardenalicio dividido y como alguien que pondría un poco de "calma" y orden después de un papado informal y disruptivo. Pero no tiene carisma.

"El riesgo es que los candidatos más votados se bloqueen después de los primeros escrutinios", escribió la vaticanista del diario Il Messaggero, Franca Giansoldati, que, como todo el mundo, indentificó al cardenal filipino, Luis Antonio "Chito" Tagle, de 67 años, como el otro gran favorito. Calculó, al igual que otros expertos, que Parolin podría contar de entrada con un buen paquete de votos (entre 40 y 50), y que el problema es que podría quedarse estancado con esos números y no crecer. De hecho, ningún purpurado se acerca al número mágico, 89, los dos tercios necesarios para ser electo.

"Hace falta tiempo" para un acuerdo entre todos, admitieron algunos cardenales, que este lunes, como ya terminaron los "novendiales" -los nueve días de luto y de misas en sufragio por el alma de Francisco-, por primera vez tendrán reuniones pre-cónclave por la mañana y por la tarde.

Como nunca hubo tantos cardenales en un cónclave (los electores serán 133 de los 135 habilitados porque dos -un europeo y un africano- avisaron que iban a ausentarse por problemas de salud), trascendió que muchos aún no pudieron hablar, algo fundamental. Todo el mundo recuerda, de hecho, que fue clave el breve discurso que pronunció el arzobispo de Buenos Aires el 9 de marzo de 2013, cuando llamó a una Iglesia no autorreferencial y en salida hacia las periferias existenciales y geográficas del mundo, fulgurando a los demás.

El título principal de la tapa del diario La Stampa, en base a un sondeo aseguró que "seis italianos de diez quieren un pontífice progresista", algo que indicaría que prefieren que el sucesor de Francisco no sea italiano.

"El cardenal Matteo Zuppi, arzobispo de Bologna, de la comunidad de San Egidio, si bien se presenta como alguien en línea con la pastoral de Francisco, preocupado por los pobres y los últimos, como presidente de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) se desmarcó de él", confió a LA NACION un obispo que pidió el anonimato. "Construyó la CEI a su imagen y semejanza, no a imagen de Francisco, que en los últimos años se alejó de él porque incluso permitió que en Bologna celebraran la misa en latín", añadió.

Al ingresar a las congregaciones generales, las reuniones pre-cónclave, los cardenales juraron mantener en reserva todo lo que pasaba allí dentro. Si bien algunos interpretaron este juramento como que no debían hablar con la prensa, muchos otros, en cambio, sí concedieron entrevistas, con la condición de hablar de otros temas no inherentes a esas discusiones a puertas cerradas.