San Lorenzo vive un momento complejo del que no puede salir hace varios años: el equipo no logra hacer pie y otro entrenador recién llegado ya empieza a caminar por la cuerda floja. La derrota ante Aldosivi fue un golpazo para un plantel que no levanta cabeza y que profundiza una racha malísima jugando como local en el Nuevo Gasómetro.
El Ciclón con la caída contra el Tiburón llegó a 11 derrotas en condición de local sobre los últimos 35 partidos, un número altísimo para un equipo grande, pero que explica el pobre presente -y pasado reciente- del club, algo que excede en responsabilidad a Diego Dabove, más allá del mal andar actual.
Sobre 35 juegos en el Pedro Bidegain, San Lorenzo ganó 11, empató 13 y perdió 11, y recibió más goles de los que hizo: 47 contra 42. Se cuentan partidos con cuatro entrenadores: Juan Antonio Pizzi, Diego Monarriz, Mariano Soso y el propio Dabove.
De hecho en los últimos ocho juegos en el Nuevo Gasómetro los números son todavía más desoladores, con un triunfo, tres empates y cuatro derrotas: Aldosivi (0-0), Talleres (0-2), Colón (2-2), Gimnasia (1-2), Arsenal (2-1), Central Córdoba (0-4), Huracán (1-1) y Aldosivi (1-2).
El equipo de Dabove está en una situación muy delicada en la Copa porque está penúltimo en la zona 1, con cinco puntos y a seis unidades de los puestos de clasificación.
Faltan siete partidos y al Ciclón le restan, entre otros, dos clásicos como visitante: River y Racing.
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